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Loreta Rosselli, la mujer que trabaja por el cuidado y reconocimiento de las aves colombianas
Loreta Rosselli, la mujer que trabaja por el cuidado y reconocimiento de las aves colombianas
Bogotá, julio 28 de 2022. (@AmbienteBogota). Si hay alguien que comprende a profundidad cada movimiento de las aves es Loreta Rosselli. Esta mujer, de apellido italiano, pero de nacionalidad colombiana, inició su trayectoria por la ciencia a finales de los años 70, cuando decidió estudiar Biología; desde entonces, ha dedicado su vida entera a la investigación de la avifauna y a compartir sus conocimientos con las nuevas generaciones.
Loreta descubrió su pasión por las aves cuando cursó una maestría en Ciencias, en la Universidad de Costa Rica, ya que orientó su investigación en estas especies y logró entender lo que significaba hacerse una pregunta de análisis y llevar a cabo todo el ciclo que implica el método científico. Más adelante, también realizó un doctorado en Ciencias con énfasis en Biología de la Conservación, en la Universidad Nacional.
"Cuando uno empieza a estudiar Biología, de antemano, trae un interés particular. Para mí siempre había sido el de la conservación. A medida que fui estudiando, me fui enfocando en la vegetación. Mis primeros trabajos tuvieron que ver con este campo y su muestreo, pero, al sumergirme en este tema, me pareció muy interesante la relación planta - animal y ver cómo eran interdependientes, y esto ayudaba a la conservación ecológica¿, dice Loreta, quien recuerda el instante que más la conectó con las aves. Estaba haciendo una pasantía en el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales, en Panamá, y allí, por primera vez, tuvo en sus manos unos binóculos y una guía de campo para observar las especies de la Isla de Barro Colorado: ¿para mí fue una experiencia fascinante y en ese momento tuve la idea de buscar algo que uniera las dos cosas que a mí más me gustaban: las aves y las plantas", comenta.
Para ella las aves son todo. Asegura que estas especies cuentan con una cantidad de características que hacen que sean muy importantes en diferentes formas. Por ejemplo, en los ecosistemas, y en los Andes colombianos, particularmente, juegan un papel esencial como dispersoras y polinizadoras.
Según explica Loreta, Colombia cuenta con una gran diversidad de colibríes y de aves frugívoras que permiten que la vegetación se renueve todo el tiempo. Asimismo, estas especies son los mejores indicadores para conocer en qué estado se encuentra un ecosistema en términos de restauración o contaminación, ya que su presencia o ausencia denota estos cambios.
"Otro papel muy importante de las aves es que, por su belleza tanto en el plumaje como en el canto, compartimos dos sentidos con ellas: la vista y el oído. Por eso es que son tan atractivas para el turismo y elevan el valor cultural de un territorio. En el país, y en particular en Bogotá, cada vez son más las personas que se han unido a la naturaleza por medio de la observación de aves, y la comprenden y aprecian mejor", agrega Loreta.
Una de las aves con las que más se identifica es la tingua moteada, que no solo llama la atención por su pico verde biche, sino también por las manchas coloridas que adornan sus costados. No obstante, es una de las especies que se suman a la lista de aves en riesgo de extinción en nuestro país.
A propósito de esta problemática, a lo largo de casi 30 años Loreta ha venido observando a las aves de la Sabana de Bogotá y ha notado unos cambios preocupantes. Como consecuencia de la expansión de la ciudad, la pérdida de hábitat y la contaminación, especies que, incluso, no están en amenaza de extinción han disminuido sus poblaciones. Y otras, como el cucarachero de apolinar y la tingua bogotana, están bajo amenaza si no se toman las medidas correspondientes.
La fase de análisis de esta investigación ya culminó y está disponible para consulta en dos artículos de libre acceso, en la revista Frontiers in Ecology and Evolution y en la revista de Ornitología Colombiana.
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"Lo más gratificante es compartir mis conocimientos y mi entusiasmo con otras personas"
Esta pasión por las aves llevó a Loreta a descubrir otra faceta que también llena su vida: la docencia. En 1994, fue invitada por la Pontificia Universidad Javeriana para dictar su primera cátedra y, aunque no fue nada fácil, se dedicó a esta labor durante los siguientes años en instituciones educativas, como la Universidad de Ciencias Aplicadas y Ambientales (UDCA).
"En ese momento tenía a mi hijo y era un bebé, pero con el apoyo de mi mamá, quien me ayudaba a cuidarlo, pude empezar a dictar estas clases. Estaba muerta de susto y, aunque fue demandante e invertí muchísimo tiempo preparando cada sesión, me encantó. De ahí en adelante tuve la suerte de trabajar en varias universidades y dictar clases de cátedra", recuerda Loreta.
Para ella, lo más gratificante es el contacto con otros estudiantes, ver su dedicación y notar cómo se vuelven expertos en este campo. Pero, adicionalmente, Loreta afirma que le entusiasma ver cómo ha aumentado el interés por cuidar y proteger el medioambiente, incluso, en las personas que no estudian una profesión relacionada con este tema, gracias a las herramientas de participación ciudadana.
"A lo largo de esta vida, de estar con jóvenes enseñando y aprendiendo de ellos, y disfrutando mucho de la actividad de la docencia, creo que soy una persona que cada vez sabe más, pero también sabe menos, porque siempre quiero estar aprendiendo y puedo hacerlo", dice Loreta.
Esto también la ha motivado a trabajar con las comunidades y a educarlas en temas de ecoturismo. Por ejemplo, en colaboración con Parques Nacionales, Loreta colaboró en la creación de una guía de aves del Parque Nacional Natural Chingaza, que ayudó a promover el turismo en esta zona. También participó en el desarrollo de un diplomado dirigido a la población de los municipios aledaños.
Como parte del legado que ella siempre quiere dejar para la ciudadanía y las nuevas generaciones, Loreta también participó en la fundación de la Asociación Colombiana de Ornitología, que tiene el propósito de incentivar el estudio científico y la conservación de las aves de Colombia, mediante la publicación de la revista de Ornitología Colombiana.
Esta iniciativa surgió a comienzos de la década de los 2000, al ver la cantidad creciente de trabajos ornitológicos que se presentaban año tras año en los encuentros nacionales y que no eran publicados ni recibían adecuada divulgación. "Desde ese momento un grupo de voluntarios ha estado trabajando de forma ininterrumpida para lograr el objetivo inicial y para diversificar las actividades relacionadas con nuestra misión", añade.
Loreta está convencida de que todo el trabajo y las actividades que ha realizado han forjado significativamente su vida. Se considera una persona atenta, sensible a los cambios medioambientales y que siempre trata de aportar con su conocimiento a las decisiones que se puedan tomar para garantizar la sostenibilidad de nuestros ecosistemas y las especies que allí habitan. Ella asegura que: "Es urgente como país detener las tasas de deforestación tan altas a las que hemos llegado. También es importante estar informado sobre las decisiones que se tomen y acercarse a la naturaleza mediante las herramientas y actividades novedosas que hay para el aporte de la ciencia ciudadana", concluye.